El piloto español Fernando Alonso publicó ayer la sexta entrega del blog personal que tiene en la página oficial de la Scuderia Ferrari.
En esta el ocasión el asturiano rememora con orgullo el excelente resultado que alcanzó en Mónaco con su F10, aunque reconoce que las aspiraciones del equipo italiano y las suyas eran mucho mayores.
Pese a todo el bicampeón del mundo se muestra confiado y espera continuar mejorando en los próximos grandes premios.
En este repaso personal tampoco se olvida del polémico adelantamiento que Michael Schumacher le hizo poco antes de finalizar el Gran Premio de Mónaco. Un adelantamiento que se produjo cuando el coche de seguridad había encaminado la calle de boxes y aun continuaba la carrera neutralizada.
"Ha sido un Gran Premio de Mónaco agridulce para mí. Está claro que el saldo es negativo en cuanto a puntos se refiere, sobre todo porque tenía todas las posibilidades de luchar por la victoria. Veníamos de haber corrido en Barcelona, donde no teníamos el ritmo necesario para ganar, mientras que en Mónaco, donde la aerodinámica es menos importante, hemos sido más competitivos".
"Cuando tienes un coche fácil de conducir, y el F10 lo es, como nos dimos cuenta de inmediato Felipe y yo desde la primera prueba en Valencia, en seguida ganas en confianza, que es crucial en una pista como la de Mónaco. Luego, el sábado por la mañana, ya se sabe lo que sucedió. El domingo acabamos en un sexto puesto que tiene dos lecturas diferentes. Ese resultado debe llenar de orgullo a todo el equipo".
"Nunca antes me había ocurrido no podía disputar la sesión de clasificación. Una cosa es quedarte fuera de la Q1 por un error o un problema técnico, y otra muy distinta es estar condenado a mirar la pantalla de tiempos desde el principio. Fue realmente cruel. Pero creo que este incidente nos ha hecho aún más fuertes como grupo. Es en momentos como éstos cuando ves a los grandes hombres y todo el equipo estuvo extraordinario. Al final de la carrera sentí una gran satisfacción. Sabíamos que si queríamos entrar en los puntos, todo tenía que funcionar perfecto: el coche, la estrategia, los neumáticos, los adelantamientos.... Y así fue".
"Las primeras vueltas fueron muy intensas, con seis adelantamientos, y luego traté de usar la estrategia y esperar a que los demás pararan en boxes. Alrededor de la vuelta 28 me encontré en la sexta posición, y desde ese punto hacia adelante pensé en no maltratar el coche y los neumáticos, ya que habíamos terminado de montar el coche un par de horas antes. Ser capaces de terminar una carrera tan difícil sin el menor problema da una idea del buen trabajo del equipo. Y al final pasó el episodio con Michael Schumacher. Desde el muro me informaron de que con la carrera neutralizada en la última vuelta no se puede adelantar, y por eso me quedé tranquilo. Luego los comisarios pusieron las cosas en su sitio. Ahora hay que arremangarse para impulsar aún más el desarrollo del coche: hay que mejorar en cuanto a rendimiento, pero estamos en plena lucha y no queremos dejar ninguna piedra sin mover para llegar a alcanzar nuestras metas".
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