Este miércoles, el Consejo Mundial de la FIA decidirá en París si sanciona al equipo McLaren-Mercedes por haber mentido a los comisarios de carrera del Gran Premio de Australia y que derivó en la descalificación del británico Lewis Hamilton y de la escudería.
Para evitar una dura sanción, las declaraciones que han venido produciéndose recientemente por el "caso de las mentiras" han destilado un cierto aire de amenaza de parte de la escudería inglesa.
Así, el presidente de Daimler, Dieter Zetsche, dijo que en caso de que haya una dura sanción se plantearían abandonar la competición. "Si cambiara el entorno, como por ejemplo a través de una desmedida sanción sería posible que analizáramos nuestro compromiso con la Fórmula 1", dijo a la revista alemana Focus.
Y es que, sumidos en la crisis económica mundial, el consejo de presidencia de Daimler medita sobre la posibilidad de abandonar un espectáculo en el que invierten 331 millones de dólares.
Ahora, en una línea similar, el propio Hamilton, con aire victimista, ha manifestado que no está "seguro" de querer continuar en la Fórmula 1. Pese a todo, quien no descarta la posibilidad de que el equipo de las "balas de plata" fuese excluido del campeonato como sanción por su comportamiento es el propietario de los derechos de la Fórmula 1, el también británico Bernie Ecclestone.
A raíz del escándalo de espionaje de 2007, McLaren-Mercedes sufrió una sanción que alcanzó los 100 millones de dólares además de ser descalificado del campeonato de constructores al comprobarse la transferencia ilegal de datos desde Ferrari a través de un ingeniero de McLaren en el caso de espionaje. Agencias
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Lo más sorprendente es lo del director de Daimler. Está claro que están haciendo todo lo posible por presionar a la FIA y entre la retirada de Ron y el despido de Ryan esperan haber contentado a la federación.
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