Después del sellado y la inspección técnica y deportiva, dio comienzo ayer la primera etapa de la Mille Miglia 2018. Una edición récord con 440 equipos en carrera, más de diez en la "categoría militar", y con un total de 900 personas procedentes de 36 países de todos los continentes. Los 450 automóviles aceptados en la Mille Miglia 2018 pertenecen a 72 marcas diferentes y Alfa Romeo cuenta con un grupo muy numeroso de 47 vehículos inscritos entre equipos oficiales y particulares.
La marca italiana, que ha grabado su nombre en el palmarés de la carrera más que cualquier otra, ha conseguido once victorias, once medallas de plata, diez terceros puestos y nueve tripletes, con tres vehículos ocupando el podio. Así pues, su vínculo con la carrera es único y la de este año es una edición realmente especial, ya que coincide con el nonagésimo aniversario de la primera victoria. Para celebrar este acontecimiento, se ha creado el proyecto "Alfa Romeo: la Mille Miglia en 90 lugares" para recorrer las etapas más significativas de una historia irrepetible a través de noventa fotografías de los lugares más emblemáticos, algunos de ellos también incluidos este año en la carrera.
El primer golpe de acelerador se escuchó ayer a las 14:30 horas en el Viale Venezia de Brescia, cerca de los jardines Rebuffone. Entusiasmo, frenesí y velocidad conviven con la sensación de que el tiempo se ha detenido. El periodista Giuseppe Tonelli ya por 1927 describió la Mille Miglia como "algo indefinido, con un toque sobrenatural, que recuerda antiguos cuentos de hadas".
Lo que importa es estar allí, el aplauso espontáneo al paso de los vehículos y el rugido de los motores que inunda las carreteras cotidianas. Por una vez, al paso de la caravana, la belleza evocadora y de postal de Italia pasa a un segundo plano para dar rienda suelta a una belleza en movimiento, de momentos para ser capturados. Uno de los primeros indicios de este esplendor único y completamente italiano se percibe entre Desenzano del Garda y Sirmione, donde, por una vez, los restaurantes colocan sus mesas en la acera y los clientes sentados bajo los pinos a lo largo del Viale Matteotti disfrutan de la prueba de regularidad. La mirada se posa en el plácido telón de fondo del paseo Diaz a lo largo del lago, antes de que los coches se despidan de la península de Sirmione y se dirijan a Monzambano. Otra prueba de regularidad y más mesas en la carretera, pero esta vez para un pícnic, en los márgenes de los viñedos y en el exterior de las casas de campo. El paso por el Parco Giardino Sigurtà es especialmente memorable: los guardarraíles son rosales en flor y las ruedas se deslizan silenciosamente por los prados recién segados y el impecable entrelazado de adoquines.
En el viaje hacia el destino final de Cervia - Milano Marittima se suceden los puntos de control con sus correspondientes sellos. Al comenzar la carrera, cada participante recibe una hoja de ruta que debe sellarse en determinadas horas según su posición de salida. Aparentemente complejo, este sistema se vuelve más y más natural a medida que avanza la carrera. El trayecto, establecido por un libro de ruta, también incluye secciones de pruebas cronometradas. Estas deben cubrirse en un período de tiempo determinado, a una velocidad media específica. ¿Qué es más divertido, la velocidad pura o la regularidad? No hay una sola respuesta y las opiniones difieren, pero todos los pilotos sienten el deseo de ganar cuando comienza la carrera.
Está oscureciendo cuando llega el primer automóvil a Milano Marittima. La dureza de la carretera se está haciendo sentir, pero la fatiga se ve mitigada por el sonido de las olas en uno de los centros turísticos más hermosos de la costa del Adriático, inmerso en el pinar de Cervia. La temporada de baño aún no ha comenzado, pero Milano Marittima brinda calidez y elegancia, y el "museo itinerante único en el mundo", como lo definió Enzo Ferrari, se convierte también aquí en el gran atractivo de la noche.
La marca italiana, que ha grabado su nombre en el palmarés de la carrera más que cualquier otra, ha conseguido once victorias, once medallas de plata, diez terceros puestos y nueve tripletes, con tres vehículos ocupando el podio. Así pues, su vínculo con la carrera es único y la de este año es una edición realmente especial, ya que coincide con el nonagésimo aniversario de la primera victoria. Para celebrar este acontecimiento, se ha creado el proyecto "Alfa Romeo: la Mille Miglia en 90 lugares" para recorrer las etapas más significativas de una historia irrepetible a través de noventa fotografías de los lugares más emblemáticos, algunos de ellos también incluidos este año en la carrera.
El primer golpe de acelerador se escuchó ayer a las 14:30 horas en el Viale Venezia de Brescia, cerca de los jardines Rebuffone. Entusiasmo, frenesí y velocidad conviven con la sensación de que el tiempo se ha detenido. El periodista Giuseppe Tonelli ya por 1927 describió la Mille Miglia como "algo indefinido, con un toque sobrenatural, que recuerda antiguos cuentos de hadas".
Lo que importa es estar allí, el aplauso espontáneo al paso de los vehículos y el rugido de los motores que inunda las carreteras cotidianas. Por una vez, al paso de la caravana, la belleza evocadora y de postal de Italia pasa a un segundo plano para dar rienda suelta a una belleza en movimiento, de momentos para ser capturados. Uno de los primeros indicios de este esplendor único y completamente italiano se percibe entre Desenzano del Garda y Sirmione, donde, por una vez, los restaurantes colocan sus mesas en la acera y los clientes sentados bajo los pinos a lo largo del Viale Matteotti disfrutan de la prueba de regularidad. La mirada se posa en el plácido telón de fondo del paseo Diaz a lo largo del lago, antes de que los coches se despidan de la península de Sirmione y se dirijan a Monzambano. Otra prueba de regularidad y más mesas en la carretera, pero esta vez para un pícnic, en los márgenes de los viñedos y en el exterior de las casas de campo. El paso por el Parco Giardino Sigurtà es especialmente memorable: los guardarraíles son rosales en flor y las ruedas se deslizan silenciosamente por los prados recién segados y el impecable entrelazado de adoquines.
En el viaje hacia el destino final de Cervia - Milano Marittima se suceden los puntos de control con sus correspondientes sellos. Al comenzar la carrera, cada participante recibe una hoja de ruta que debe sellarse en determinadas horas según su posición de salida. Aparentemente complejo, este sistema se vuelve más y más natural a medida que avanza la carrera. El trayecto, establecido por un libro de ruta, también incluye secciones de pruebas cronometradas. Estas deben cubrirse en un período de tiempo determinado, a una velocidad media específica. ¿Qué es más divertido, la velocidad pura o la regularidad? No hay una sola respuesta y las opiniones difieren, pero todos los pilotos sienten el deseo de ganar cuando comienza la carrera.
Está oscureciendo cuando llega el primer automóvil a Milano Marittima. La dureza de la carretera se está haciendo sentir, pero la fatiga se ve mitigada por el sonido de las olas en uno de los centros turísticos más hermosos de la costa del Adriático, inmerso en el pinar de Cervia. La temporada de baño aún no ha comenzado, pero Milano Marittima brinda calidez y elegancia, y el "museo itinerante único en el mundo", como lo definió Enzo Ferrari, se convierte también aquí en el gran atractivo de la noche.
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