Esta temporada un trazado lleno de historia estará de vuelta en el calendario de la Fórmula 1 por primera vez desde 1990, el año que Ferrari alcanzó una victoria muy especial en su historia.
El circuito se puede encontrar en la parte alta de una carretera llena de curvas muy cerca de un pueblo medieval fortificado, que está rodeado de setos de lavanda y al que llega desde la distancia una suave brisa marina que lo envuelve todo.
Paul Ricard es uno de los trazados más increíbles que ha visitado la Fórmula 1, y este mes de junio regresará al gran circo de las cuatro ruedas el Gran Premio de Francia.
De hecho, hace dos años, en enero de 2016, los coches de Ferrari hicieron una breve aparición en la pista gala para realizar una prueba de neumáticos y este junio, por fin, volverá al calendario una carrera de primer nivel que no se ha celebrado en suelo francés desde 2008.
Por lo que esta nueva fecha es más un evento clásico que un carrera en sí, puesto que el primer Gran Premio en Paul Ricard se celebró en 1971. Por aquel entonces el alcalde de Signes se volcó por completo en la construcción del circuito y decidieron que lo más lógico sería ponerle su nombre a la pista. Después de aquella primera carrera se celebraron otras catorce más, la última de ellas en 1990 que terminó con la victoria de Alain Prost y la Scuderia Ferrari, repitiendo de este modo la hazaña alcanzada por Niki Lauda en 1975.
En 1990, Prost y su Ferrari 641 lucharon por el título hasta el final en una batalla encarnizada con Ayrton Senna y su McLaren - Honda. Los Ferrari se adaptaron inmediatamente a las condiciones del circuito francés y su superficie lisa como una bola de billar, como ratificó Nigel Mansell al adjudicarse la pole position con un tiempo de 1'04"402.
Paul Ricard es uno de los trazados más increíbles que ha visitado la Fórmula 1, y este mes de junio regresará al gran circo de las cuatro ruedas el Gran Premio de Francia.
De hecho, hace dos años, en enero de 2016, los coches de Ferrari hicieron una breve aparición en la pista gala para realizar una prueba de neumáticos y este junio, por fin, volverá al calendario una carrera de primer nivel que no se ha celebrado en suelo francés desde 2008.
Por lo que esta nueva fecha es más un evento clásico que un carrera en sí, puesto que el primer Gran Premio en Paul Ricard se celebró en 1971. Por aquel entonces el alcalde de Signes se volcó por completo en la construcción del circuito y decidieron que lo más lógico sería ponerle su nombre a la pista. Después de aquella primera carrera se celebraron otras catorce más, la última de ellas en 1990 que terminó con la victoria de Alain Prost y la Scuderia Ferrari, repitiendo de este modo la hazaña alcanzada por Niki Lauda en 1975.
En 1990, Prost y su Ferrari 641 lucharon por el título hasta el final en una batalla encarnizada con Ayrton Senna y su McLaren - Honda. Los Ferrari se adaptaron inmediatamente a las condiciones del circuito francés y su superficie lisa como una bola de billar, como ratificó Nigel Mansell al adjudicarse la pole position con un tiempo de 1'04"402.
Pero en la carrera los mayores rivales fueron inesperadamente sus compañeros de equipo, Iván Capelli y Mauricio Gugelmin. Lo más sorprendente es que en la cita anterior disputada en México, los monoplazas de Leyton House ni siquiera pudieron calificar.
La estrategia del equipo inglés para la carrera se basó en no parar para cambiar los neumáticos, ¡a pesar del calor!. Sin embargo, Prost se defendió, primero sacando lo mejor de Gugelmin, cuyo motor se rompió y luego fue a por Capelli, con quien se enfrento cuando quedaban tres vueltas, aunque Mansell se tuvo que retirar por un problema mecánico.
Para Prost y Ferrari esa fue la tercera victoria de la temporada, sumando la escudería italiana un total de seis; cinco con Alain y una cortesía de Nigel. Aún más importante es el hecho de que, precisamente ese día, los bólidos rojos celebraron su victoria número 100 en la Fórmula Uno. Ese verano Prost sumó tres victorias consecutivas.
La estrategia del equipo inglés para la carrera se basó en no parar para cambiar los neumáticos, ¡a pesar del calor!. Sin embargo, Prost se defendió, primero sacando lo mejor de Gugelmin, cuyo motor se rompió y luego fue a por Capelli, con quien se enfrento cuando quedaban tres vueltas, aunque Mansell se tuvo que retirar por un problema mecánico.
Para Prost y Ferrari esa fue la tercera victoria de la temporada, sumando la escudería italiana un total de seis; cinco con Alain y una cortesía de Nigel. Aún más importante es el hecho de que, precisamente ese día, los bólidos rojos celebraron su victoria número 100 en la Fórmula Uno. Ese verano Prost sumó tres victorias consecutivas.
Vale la pena señalar que Le Castellet casi siempre ha sido un circuito "modular" con varias configuraciones diferentes. En 1990 la carrera se llevó a cabo en la pista corta de 3.8 km, mientras que, cuando el Gran Premio de Francia regrese el próximo 22 de junio se utilizará un trazado de 5.861 km que se ha renovado especialmente para celebrar la ocasión.
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