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sábado, 21 de septiembre de 2013

Vettel cabalga con paso firme hacía su cuarto título mundial.

Cual sería la forma más correcta de calificar la actitud que ha tenido Sebastian Vettel esta tarde en el circuito urbano de Marina Bay cuando se disputaba la última fase de la sesión de clasificación.
Muchos se han apresurado a decir que el piloto alemán ha sido demasiado confiado  e incluso arrogante por bajarse del coche cuando todavía tenía tiempo para dar una vuelta al trazado asiático.
Pero al margen de la explicación que más tarde ha dado el alemán, a mi personalmente me parece irrelevante si decide o no decide salir a pista, creo que lo importante aquí es preguntarse donde está la evolución estratosférica que Ferrari tenía preparada para esta carrera.
Será quizá que cuando no podemos hacer bien nuestro trabajo la mejor manera de enmascararlo es reprochar la actitud o el comportamiento de los rivales.
Estaba casi cantado desde el principio, con el permiso del equipo Mercedes, que Vettel iba a sumar una nueva pole este fin de semana en Singapur, y así ha sido.
Llevo escuchando desde que termino la carrera en Monza que la escudería italiana estaba trabajando a destajo para recortar la diferencia con Red Bull, pero al final son el resto de equipos los que han mejorado y Ferrari ha perdido incluso fuelle.
Ahora que la clasificación ha terminado y han visto que no pueden con ellos, desde el box del cavallino rampante nos emplazan a ver si sale el safety car o si cae un meteorito y deja fuera de pista a Sebastian Vettel.
¿Porque el piloto teutón no piensa en este tipo de cosas para ganar a sus adversarios?
La respuesta es sencilla y la conocemos todos. El tiene un monoplaza con un rendimiento y prestaciones increíbles que le hace el trabajo mucho más sencillo, pero además Vettel es capaz de sacarle el máximo partido a cada milímetro de su RB9.
No se trata de buscar escusas, lo importante es buscar soluciones, esas mismas que parecen encontrar otros y que están dejando a la escudería italiana en la mitad del pelotón.
Alonso ha hecho un trabajo formidable toda la temporada, eso es algo irrefutable, pero sin un coche competitivo tendrá que olvidarse nuevamente del mundial, porque la suerte es impredecible pero tener un coche ganador no. Por lo tanto reconocer que la cosa no marcha es ser realista y decir que tanto Mercedes y Red Bull, o incluso Lotus, lo están haciendo bien es ser sincero.
Mañana de nuevo habrá que esperar a que se obre el milagro y suceda algo sobre la pista y mientras que nos quedamos embobados mirando Vettel volverá a ganar su cuarto título mundial.

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