
Debido a los problemas que se presentaron en el Gran Premio de Australia, tanto en las sesiones de entrenamientos libres como en la clasificación, la FIA, por razones de seguridad, ha decidido que los retrovisores se monten a los lados del habitáculo del piloto, en un principio a partir del próximo Gran Premio, el de China.
Los equipos han planteado el aplazamiento alegando que los coches viajarán directamente de Malasia a China, en donde se disputará el Gran Premio en el circuito de Shanghai dentro de dos semanas, y era difícil la modificación.
La FIA ha aceptado la petición de los equipos y aplazado la decisión de la supresión de los retrovisores de los extremos exteriores de los pontones laterales hasta España, con lo que ahora cuentan las escuderías con un mes para realizar las modificaciones y procurar que estas tengan el menor impacto en la aerodinámica. EFE
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