El organismo que preside la Fórmula Uno se enfrenta a un gran desafío debido a que los intereses comerciales buscan imponerse en el control del deporte, según ha advertido el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley.
El británico de 68 años, que lucha por mantenerse en su puesto después de verse envuelto en un escándalo sexual, sugirió en un carta, a la cual tuvo acceso Reuters, que los medios de comunicación también están siendo manipulados por esos mismos intereses para socavar su posición.
"Durante mi periodo como presidente de la FIA las políticas de la Formula Uno han cambiado más allá más allá de lo que se puede reconocer", escribió Mosley al presidente de los clubes miembros de la FIA, para argumentar porque necesitaba mantenerse en su cargo hasta el fin de su mandato en octubre de 2009.
"Ahora estamos luchando con un deporte que involucra a miles de millones de dólares y a intereses, que les gustaría eliminar por completo a la FIA del campeonato", afirmó.
"He estado decidido a luchar por los derechos y por el rol de la FIA en la Fórmula Uno y es quizás por esta razón los medios han sido alentados por quines tienen intereses en socavar mi mandato", explicó.
Mosley ha recibido muchas peticiones para que renuncie desde que el periódico The British Sunday publicó en marzo que había participado en una orgía sadomasoquista, de estética nazi, con prostitutas.
El presidente de la FIA, cuyo padre fundó el partido fascista British Union of Fascist antes de la Segunda Guerra Mundial, ha negado cualquier connotación nazi y ha demandado al periódico con daños ilimitados y por violar su intimidad.
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