Fernando Alonso preparado para dar la sorpresa en Le Mans.

Fernando Alonso debutó este fin de semana en el Circuito de Le Mans, en los test oficiales de preparación de cara a las 24 Horas de Le Mans, que se disputarán los días 16 y 17 de junio. El piloto asturiano de Toyota marcó la vuelta más rápida al volante del TS050 HYBRID Nº8, con lo que encara su primera participación en el mítico trazado francés de la mejor forma posible.

Tras rubricar el mejor tiempo (3 min 19,066 seg.) de todos los test previos a las 24 Horas de Le Mans, Alonso confesó: "Ha sido una jornada muy interesante y lo he pasado en grande”. 

El piloto asturiano, que se declaró "emocionado" a su llegada a Le Mans, explicó que el Circuito de la Sarthe es una pista "preciosa y encaja perfectamente con los coches LMP1". "Ha sido una buena jornada para nosotros como equipo. Obviamente hemos preparado esta prueba de la mejor forma posible antes de la gran carrera, dentro de dos semanas. Las sensaciones con el coche eran buenas desde la primera vuelta, y enseguida todo el mundo ha quedado muy contento. Aparte de eso, se trataba de familiarizarse con el circuito; he usado el simulador y he estudiado las vueltas de años anteriores, pero las cosas siempre cambian cuando vas al circuito, que se adapta a la perfección a estos coches", añadió Alonso.

Tras copar los dos primeros escalones del podio en la carrera inaugural de la temporada del Campeonato del Mundo de Resistencia de la FIA (WEC) que se disputó en Spa Francorchamps, Toyota Gazoo Racing volvió a marcar el ritmo en los test previos a las 24 Horas de Le Mans.

Además del mejor tiempo de Fernando Alonso, que comparte con Sébastien Buemi y Kazuki Nakajima, el otro prototipo del fabricante japonés se situó entre los tres primeros, a menos de un segundo tanto en la sesión de la mañana como en la de la tarde. En total, los dos LMP1 completaron 202 vueltas (2.752 km) en una jornada sin incidencias, a pesar de tres banderas rojas y varias salidas del safety car.

La jornada de pruebas de ayer domingo era la única oportunidad de que disponían los equipos para rodar por los 13,626 km del Circuito de la Sarthe antes de la carrera, por lo que era una cita particularmente importante a pocas semanas para disputarse la mítica carrera de resistencia.