El ambiente rezuma tranquilidad estos días en la sede del equipo Red Bull en Milton Keynes, a poco menos de una semana para que arranque el Gran Premio de Italia de Fórmula 1.
Los integrantes del equipo inglés llegan a Monza con una buena ventaja en mundial y aunque prefieren ser cautos son conscientes de que todo juega a su favor.
Para el piloto alemán Sebastian Vettel esta será una excelente oportunidad de sentenciar más aún si cabe el campeonato, al tiempo que desde Maranello harán lo propio para detener el camino a los muchachos del enfurecido 'toro rojo'.
Otros invitados a la fiesta serán los Mercedes AMG de Lewis Hamilton y Nico Rosberg, sin olvidarnos de Lotus, que aunque venido a menos el emblemático equipo tiene mucho juego que dar aún en esta historia.
A la hora de describir el Autodromo Nazionale di Monza, Vettel nos recuerda que se trata de una pista muy rápida, sin apenas curvas y con varias chicanes, que les permiten alcanzar a los pilotos velocidades de vertigo.
"Monza es el circuito más rápido del año. La pista en sí está compuesta
únicamente por rectas y chicanes. A causa de esto, en Monza alcanzamos
las velocidades más elevadas del año, llegando hasta los 330km/h. La
aceleración en la curva de la Parabólica es muy delicada: si cometes el más mínimo error, irás directo a la puzolana antes de que te des cuenta".
Por último el tricampeón más joven de la historia de este deporte hecha la vista atrás para rememorar su primera victoria en la Fórmula 1 y revivir lo que se siente en el podio del trazado lombardo.
"Esta pista me trae grandes recuerdos, principalmente por mi primera victoria en 2008 con Toro Rosso. No puedo describir la sensación de estar en el podio por primera vez,
y Monza fue uno de los mejores lugares posibles para sentirlo por los
miles de apasionados que hay debajo. Sientes escalofríos".
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